La vida está llena de casualidades y una de ellas me llevó a conocer a la escritora de un fantástico libro que descubrí este verano. Un par de emails y su gran humildad, han hecho posible que tuviera el inmenso placer de entrevistar a Montse de Paz.
Hace poco que Montse ha accedido al panorama literario y ha tenido el privilegio de publicar su primer libro. Ha querido compartir esa agradable experiencia con nosotros, así que no puedo dejar de agradecérselo una y otra vez. He aquí la entrevista:
Para conocer un poco como ha resultado tu increíble experiencia de publicar un libro, tenemos que empezar por el principio.
Muchos autores y escritores nacen con ese talento especial para crear, para imaginar y para recrearlo todo un mundo, expresándose con una exquisitez inmejorable. Sin embargo, algunos no se percatan de ese don hasta que la vida les envía una señal.
Muchos autores y escritores nacen con ese talento especial para crear, para imaginar y para recrearlo todo un mundo, expresándose con una exquisitez inmejorable. Sin embargo, algunos no se percatan de ese don hasta que la vida les envía una señal.
—¿Siempre te gustó la literatura, escribir, leer…? ¿Tu vocación por escribir viene desde que eras pequeña o surgió repentinamente un día?
—Lo has dicho en pocas y precisas palabras: “algunos no se percatan de ese don hasta que la vida les envía una señal”. En mi caso, apenas fui consciente de que tenía dentro de mí a una escritora hasta que la pasión por las letras estalló con fuerza, y esto fue hace apenas cinco años. Pero, en realidad, era algo que siempre llevé conmigo. Ya de pequeña me entusiasmaba leer, inventaba cuentos e historias y muchas veces los escribía e ilustraba, como si fueran cómics. Más tarde, elegí una carrera absolutamente de letras, no porque le viera futuro profesional, sino porque me apasionaba. Me licencié en filología inglesa y disfruté enormemente con las asignaturas de literatura. De manera que, aunque mi vocación de escritora sea una flor tardía, puede decirse que siempre estuvo ahí, latente, esperando el mejor momento para salir.
En tus blogs he podido comprobar que, efectivamente, estás cumpliendo tu sueño, paso a paso. Para ello has necesitado trabajo, perseverancia y ponerle mucha ilusión.
—Lo has dicho en pocas y precisas palabras: “algunos no se percatan de ese don hasta que la vida les envía una señal”. En mi caso, apenas fui consciente de que tenía dentro de mí a una escritora hasta que la pasión por las letras estalló con fuerza, y esto fue hace apenas cinco años. Pero, en realidad, era algo que siempre llevé conmigo. Ya de pequeña me entusiasmaba leer, inventaba cuentos e historias y muchas veces los escribía e ilustraba, como si fueran cómics. Más tarde, elegí una carrera absolutamente de letras, no porque le viera futuro profesional, sino porque me apasionaba. Me licencié en filología inglesa y disfruté enormemente con las asignaturas de literatura. De manera que, aunque mi vocación de escritora sea una flor tardía, puede decirse que siempre estuvo ahí, latente, esperando el mejor momento para salir.
En tus blogs he podido comprobar que, efectivamente, estás cumpliendo tu sueño, paso a paso. Para ello has necesitado trabajo, perseverancia y ponerle mucha ilusión.
—¿En algún momento decidiste que dedicarías tu vida a escribir? Es decir, ¿te propusiste cumplir tu sueño con todos los medios a tu alcance?
—Cuando comencé a escribir en serio supe que ya nunca lo dejaría. Escribir es una dimensión de mi vida muy honda y arraigada, que ha ampliado mi mundo interior, y a partir de ahí sé que lucharé por cumplir todos mis sueños. Los desafíos siempre me han estimulado y no me asusta ni el esfuerzo ni tener que esperar tiempo.
Tu primer libro publicado, con el que has comenzado a realizar tu sueño, se llama Estirpe Salvaje.
—Cuéntanos un poco de él, preséntanoslo. ¿Por qué decidiste que éste fuese tu primer libro publicado? ¿Por qué elegiste ese título para la novela?
—Comenzaré respondiendo a la última pregunta. El título me vino inspirado, sin pensarlo mucho, como me suele suceder con los títulos de mis novelas. Supongo que es porque tiene mucho que ver con el tema, o con el espíritu que anima a los personajes. Luego pensé que era muy folletinesco y busqué otras opciones, pero ninguna tenía la fuerza ni el impacto de Estirpe Salvaje.
Por otra parte, esta novela no es la primera que escribo, sino la cuarta. Antes busqué editorial para publicar una trilogía que ahora estoy reescribiendo. Estas primeras novelas son muy largas, y una escritora amiga me aconsejó que, siendo novel, intentara abrirme camino con una obra más breve. Así que decidí escribir una novela sobre la vida de dos personajes de esta trilogía, y salió Estirpe Salvaje. Es una historia de aventuras, de lucha por sobrevivir, de guerra y de pérdidas. Pero, por encima de todo, es una historia de amor y lealtad. Quedó muy redonda, por así decir, gustó en mi agencia y en la editorial y decidieron publicarla.
Los lectores, por lo general, no conocemos toda la labor que hay detrás una publicación. De hecho, uno de tus blogs está dedicado a tus experiencias con las editoriales. Este es un tema muy interesante y del que nos gustaría estar al tanto.
—¿Resultó muy difícil encontrar una editorial a la que le gustase tu obra? ¿Cómo funciona todo ese desarrollo del futuro libro?
—Es un proceso largo que pide perseverancia. Lo primero que hice fue informarme sobre editoriales que publicaran juvenil y épica fantástica y comencé a enviar cartas y originales impresos. Tras varios “no” y largos meses de espera, Prometeo, un escritor anónimo que abrió un blog para orientar a los noveles, me aconsejó que buscara una agencia, y así lo hice. La primera agencia que contacté, Sandra Bruna, me respondió pronto. Se interesaron por mi novela, se la envié y en pocos meses firmaba contrato con ellos. Dos meses después, Sandra me comunicó que tenía una oferta de Espasa para publicar la novela. Después de tanta espera, ¡me pareció casi increíble! Todo tan rápido… Luego he aprendido que no siempre es así. Pero una agencia te abre puertas, te ahorra el trabajo de buscar editorial y defiende tus intereses como autor. Por otra parte, es posible que sin ella no hubiera llegado a publicar en una editorial tan prestigiosa, aunque luego recibí una oferta demasiado tarde por parte de otra editorial, que se mostró interesadísima en mis obras.
Una vez firmas contrato con la editorial, llega otro largo proceso, de meses, para corregir y maquetar la novela. Son meses de trabajo intenso en los que aprendes muchísimo, sobre todo si eres novel, y ves con emoción cómo el sueño toma forma: las pruebas de maqueta, el diseño de la portada… Es como un embarazo, no ves llegar el momento de que el libro salga a la luz.
Pero al final conseguiste publicarlo.
—¿Cómo se siente un autor cuando se topa con su libro en una tienda, librería…?
—Algo se te conmueve por dentro. Sientes emoción, satisfacción, ternura… Es como ver a tu criatura allí, nueva y lista para volar, y esperas que llegue a muchísimas manos.
Yo he tenido el placer de haber leído tu obra y lo cierto es que me cautivó. No debería entrar en detalles, pero le debo un pequeño homenaje al libro y a la autora. ¡Tienes una forma tan elegante de expresarte...! Me encantaba como describías toda la ambientación, las situaciones, y por supuesto, he de ensalzar tu rica elaboración de los personajes. Son, sin duda alguna, el estímulo perfecto para enganchar al lector.
—¿Qué les aconsejarías a los jóvenes que comparten tu mismo sueño y desean convertirse en escritores, con respecto a la creación de una novela?
—Dicen que un escritor es alguien que tiene algo que decir… y sabe cómo decirlo. Lo primero que aconsejaría es: escribid y escribid. Si os gusta, no dejéis de hacerlo, a diario si es posible. Y lo segundo, leed muchísimo. Para adquirir soltura, riqueza de vocabulario y expresividad hay que alimentarse de muchas y buenas lecturas. Y, a partir de ahí, yo os invitaría a cultivar vuestro propio estilo, abordar sin miedo los temas que os queman por dentro, tejer las historias, mimar a los personajes y darles vida… Y no olvidar nunca la corrección, gramatical y ortográfica. Las normas no suelen gustar, pero son necesarias. Suelo comparar las reglas con la técnica y el ejercicio en la danza. Los grandes bailarines, que se mueven con una libertad increíble y hacen lo que quieren con su cuerpo, han tenido que pasar horas y horas de duro entrenamiento interiorizando la técnica. Con la escritura pasa lo mismo: podrás hacer lo que quieras cuando domines bien el lenguaje. Y esto requiere lectura, tiempo y mucha práctica.
—Una curiosidad. ¿Tienes un guión preestablecido o escribes sobre la marcha?
— La historia nace entera en mi mente, de principio a fin. Luego hago un sencillo guión, una lista de los principales hechos del relato, en orden cronológico, o un esquema de la trama. Algo muy simple, en lápiz y sobre papel. A partir de ahí, comienzo la escritura. Es verdad que por el camino a veces improviso, cambio algunas cosas, añado otras o me dejo llevar. En alguna ocasión me ha sucedido que en medio de la trama ha surgido un personaje que no estaba en el guión original, o que tenía muy poca relevancia y ha ido cobrando fuerza, como si tuviera vida propia, hasta ocupar un lugar importante. Luego te das cuenta de que encaja perfectamente en el conjunto de la obra.
Para algunos autores es la propia literatura, para otros la música, otros la pintura, el cine…
—¿A ti qué es lo que te sirve de inspiración?
—Muchas cosas. Supongo que hay dentro de mí un cúmulo de vivencias, lecturas, inquietudes… ¡hasta sueños! que forman una amalgama explosiva que en un momento dado, ¡zas!, hace saltar la chispa de la inspiración. Hay historias que crecen solas: tienes a un personaje y a partir de él se forja un mundo. Algunos personajes salen de mis sueños. Otros son inspirados en personas reales que he conocido. Para recrear paisajes y entornos echo mano de la imaginación, de los viajes que he hecho y del mundo montañés y rural que conocí en mi infancia… Dicen que el fotógrafo tiene un ojo que capta instantáneas artísticas de cualquier vista o detalle. Me parece que los escritores tenemos un “ojo novelesco”, digámoslo así, que nos hace recrear historias a partir de cualquier cosa.
—¿Cuáles son tus autores y obras preferidos? ¿Por qué?
Qué pregunta tan difícil. Leo obras muy diversas y hay novelas que encuentro maravillosas, otras no tanto. Una autora que me marcó y hacia la que guardo especial cariño es Ana María Matute. Ella me enseñó la belleza de las letras. Después de leer un libro suyo, jamás volví a leer —ni a escribir— igual.
De niña y adolescente me encantaban las novelas de aventuras, léase Julio Verne, Salgari, Walter Scott, Dumas… y, cómo no, Tolkien. Creo que esos libros, más la épica de Homero y los libros de caballerías, han marcado mis gustos y tendencias literarias.
La isla del tesoro es una de las novelas que he releído con más gusto, formalmente y como argumento de intriga ¡es perfecta! Los novelones de Dostoievski también me impactaron: Crimen y Castigo, Los hermanos Karamazov. Y una novela preciosa, una auténtica obra de arte que invito a leer a todo amante de las letras es Madame Bovary, de Gustave Flaubert. Otra obra increíble, que me hizo pensar “esto es escribir, y lo demás son cuentos” es Cien años de soledad, de García Márquez.
También me gusta mucho la novela histórica, y aquí mi favorito es Robert Graves; cualquiera de sus novelas, desde Yo, Claudio hasta La hija de Homero es una belleza.
Podría hablarte también de clásicos franceses, Víctor Hugo, Anatole France… y de autores ingleses como D. H. Lawrence, Gerald Durrell o las hermanas Brontë. Durante la carrera conocí la obra de Bessie Head, una autora sudafricana, poco conocida en el mundo hispano, de prosa poética y a veces hasta violenta, absolutamente cargada de pasión. Me cautivó.
Recientemente he descubierto a algunos japoneses: Yasunari Kawabata, Shusaku Endo y Haruki Murakami. ¡Recomiendo leerlos a todos! Cada cual con sus diferencias, sus letras poseen un esteticismo impresionante.
Y no sigo, porque puesta a hablar de libros… ¡creo que no acabaría! :)
Gracias por esta entrevista tan agradable. Un abrazo a todos los que colaboráis en este blog.
—Cuando comencé a escribir en serio supe que ya nunca lo dejaría. Escribir es una dimensión de mi vida muy honda y arraigada, que ha ampliado mi mundo interior, y a partir de ahí sé que lucharé por cumplir todos mis sueños. Los desafíos siempre me han estimulado y no me asusta ni el esfuerzo ni tener que esperar tiempo.
Tu primer libro publicado, con el que has comenzado a realizar tu sueño, se llama Estirpe Salvaje.
—Cuéntanos un poco de él, preséntanoslo. ¿Por qué decidiste que éste fuese tu primer libro publicado? ¿Por qué elegiste ese título para la novela?
—Comenzaré respondiendo a la última pregunta. El título me vino inspirado, sin pensarlo mucho, como me suele suceder con los títulos de mis novelas. Supongo que es porque tiene mucho que ver con el tema, o con el espíritu que anima a los personajes. Luego pensé que era muy folletinesco y busqué otras opciones, pero ninguna tenía la fuerza ni el impacto de Estirpe Salvaje.
Por otra parte, esta novela no es la primera que escribo, sino la cuarta. Antes busqué editorial para publicar una trilogía que ahora estoy reescribiendo. Estas primeras novelas son muy largas, y una escritora amiga me aconsejó que, siendo novel, intentara abrirme camino con una obra más breve. Así que decidí escribir una novela sobre la vida de dos personajes de esta trilogía, y salió Estirpe Salvaje. Es una historia de aventuras, de lucha por sobrevivir, de guerra y de pérdidas. Pero, por encima de todo, es una historia de amor y lealtad. Quedó muy redonda, por así decir, gustó en mi agencia y en la editorial y decidieron publicarla.
Los lectores, por lo general, no conocemos toda la labor que hay detrás una publicación. De hecho, uno de tus blogs está dedicado a tus experiencias con las editoriales. Este es un tema muy interesante y del que nos gustaría estar al tanto.
—¿Resultó muy difícil encontrar una editorial a la que le gustase tu obra? ¿Cómo funciona todo ese desarrollo del futuro libro?
—Es un proceso largo que pide perseverancia. Lo primero que hice fue informarme sobre editoriales que publicaran juvenil y épica fantástica y comencé a enviar cartas y originales impresos. Tras varios “no” y largos meses de espera, Prometeo, un escritor anónimo que abrió un blog para orientar a los noveles, me aconsejó que buscara una agencia, y así lo hice. La primera agencia que contacté, Sandra Bruna, me respondió pronto. Se interesaron por mi novela, se la envié y en pocos meses firmaba contrato con ellos. Dos meses después, Sandra me comunicó que tenía una oferta de Espasa para publicar la novela. Después de tanta espera, ¡me pareció casi increíble! Todo tan rápido… Luego he aprendido que no siempre es así. Pero una agencia te abre puertas, te ahorra el trabajo de buscar editorial y defiende tus intereses como autor. Por otra parte, es posible que sin ella no hubiera llegado a publicar en una editorial tan prestigiosa, aunque luego recibí una oferta demasiado tarde por parte de otra editorial, que se mostró interesadísima en mis obras.
Una vez firmas contrato con la editorial, llega otro largo proceso, de meses, para corregir y maquetar la novela. Son meses de trabajo intenso en los que aprendes muchísimo, sobre todo si eres novel, y ves con emoción cómo el sueño toma forma: las pruebas de maqueta, el diseño de la portada… Es como un embarazo, no ves llegar el momento de que el libro salga a la luz.
Pero al final conseguiste publicarlo.
—¿Cómo se siente un autor cuando se topa con su libro en una tienda, librería…?
—Algo se te conmueve por dentro. Sientes emoción, satisfacción, ternura… Es como ver a tu criatura allí, nueva y lista para volar, y esperas que llegue a muchísimas manos.
Yo he tenido el placer de haber leído tu obra y lo cierto es que me cautivó. No debería entrar en detalles, pero le debo un pequeño homenaje al libro y a la autora. ¡Tienes una forma tan elegante de expresarte...! Me encantaba como describías toda la ambientación, las situaciones, y por supuesto, he de ensalzar tu rica elaboración de los personajes. Son, sin duda alguna, el estímulo perfecto para enganchar al lector.
—¿Qué les aconsejarías a los jóvenes que comparten tu mismo sueño y desean convertirse en escritores, con respecto a la creación de una novela?
—Dicen que un escritor es alguien que tiene algo que decir… y sabe cómo decirlo. Lo primero que aconsejaría es: escribid y escribid. Si os gusta, no dejéis de hacerlo, a diario si es posible. Y lo segundo, leed muchísimo. Para adquirir soltura, riqueza de vocabulario y expresividad hay que alimentarse de muchas y buenas lecturas. Y, a partir de ahí, yo os invitaría a cultivar vuestro propio estilo, abordar sin miedo los temas que os queman por dentro, tejer las historias, mimar a los personajes y darles vida… Y no olvidar nunca la corrección, gramatical y ortográfica. Las normas no suelen gustar, pero son necesarias. Suelo comparar las reglas con la técnica y el ejercicio en la danza. Los grandes bailarines, que se mueven con una libertad increíble y hacen lo que quieren con su cuerpo, han tenido que pasar horas y horas de duro entrenamiento interiorizando la técnica. Con la escritura pasa lo mismo: podrás hacer lo que quieras cuando domines bien el lenguaje. Y esto requiere lectura, tiempo y mucha práctica.
—Una curiosidad. ¿Tienes un guión preestablecido o escribes sobre la marcha?
— La historia nace entera en mi mente, de principio a fin. Luego hago un sencillo guión, una lista de los principales hechos del relato, en orden cronológico, o un esquema de la trama. Algo muy simple, en lápiz y sobre papel. A partir de ahí, comienzo la escritura. Es verdad que por el camino a veces improviso, cambio algunas cosas, añado otras o me dejo llevar. En alguna ocasión me ha sucedido que en medio de la trama ha surgido un personaje que no estaba en el guión original, o que tenía muy poca relevancia y ha ido cobrando fuerza, como si tuviera vida propia, hasta ocupar un lugar importante. Luego te das cuenta de que encaja perfectamente en el conjunto de la obra.
Para algunos autores es la propia literatura, para otros la música, otros la pintura, el cine…
—¿A ti qué es lo que te sirve de inspiración?
—Muchas cosas. Supongo que hay dentro de mí un cúmulo de vivencias, lecturas, inquietudes… ¡hasta sueños! que forman una amalgama explosiva que en un momento dado, ¡zas!, hace saltar la chispa de la inspiración. Hay historias que crecen solas: tienes a un personaje y a partir de él se forja un mundo. Algunos personajes salen de mis sueños. Otros son inspirados en personas reales que he conocido. Para recrear paisajes y entornos echo mano de la imaginación, de los viajes que he hecho y del mundo montañés y rural que conocí en mi infancia… Dicen que el fotógrafo tiene un ojo que capta instantáneas artísticas de cualquier vista o detalle. Me parece que los escritores tenemos un “ojo novelesco”, digámoslo así, que nos hace recrear historias a partir de cualquier cosa.
—¿Cuáles son tus autores y obras preferidos? ¿Por qué?
Qué pregunta tan difícil. Leo obras muy diversas y hay novelas que encuentro maravillosas, otras no tanto. Una autora que me marcó y hacia la que guardo especial cariño es Ana María Matute. Ella me enseñó la belleza de las letras. Después de leer un libro suyo, jamás volví a leer —ni a escribir— igual.
De niña y adolescente me encantaban las novelas de aventuras, léase Julio Verne, Salgari, Walter Scott, Dumas… y, cómo no, Tolkien. Creo que esos libros, más la épica de Homero y los libros de caballerías, han marcado mis gustos y tendencias literarias.
La isla del tesoro es una de las novelas que he releído con más gusto, formalmente y como argumento de intriga ¡es perfecta! Los novelones de Dostoievski también me impactaron: Crimen y Castigo, Los hermanos Karamazov. Y una novela preciosa, una auténtica obra de arte que invito a leer a todo amante de las letras es Madame Bovary, de Gustave Flaubert. Otra obra increíble, que me hizo pensar “esto es escribir, y lo demás son cuentos” es Cien años de soledad, de García Márquez.
También me gusta mucho la novela histórica, y aquí mi favorito es Robert Graves; cualquiera de sus novelas, desde Yo, Claudio hasta La hija de Homero es una belleza.
Podría hablarte también de clásicos franceses, Víctor Hugo, Anatole France… y de autores ingleses como D. H. Lawrence, Gerald Durrell o las hermanas Brontë. Durante la carrera conocí la obra de Bessie Head, una autora sudafricana, poco conocida en el mundo hispano, de prosa poética y a veces hasta violenta, absolutamente cargada de pasión. Me cautivó.
Recientemente he descubierto a algunos japoneses: Yasunari Kawabata, Shusaku Endo y Haruki Murakami. ¡Recomiendo leerlos a todos! Cada cual con sus diferencias, sus letras poseen un esteticismo impresionante.
Y no sigo, porque puesta a hablar de libros… ¡creo que no acabaría! :)
Gracias por esta entrevista tan agradable. Un abrazo a todos los que colaboráis en este blog.
Montse de Paz (Cataluña, España) es licenciada en Filología Inglesa. Ha colaborado durante más de quince años en diversas organizaciones humanitarias. Su afición literaria arranca de su infancia y se ha nutrido con las múltiples experiencias adquiridas en su labor social y profesional. Ha escrito numerosos artículos de prensa, de opinión, reportajes y entrevistas. Redactora y directora de dos revistas, ha elaborado más de cien guiones cortos para programas de radio sobre valores humanos. Colabora asiduamente con algunas publicaciones y con varias instituciones, impartiendo charlas sobre solidaridad, voluntariado y temas que afectan a la mujer.
De nuevo mil gracias a Montse. Tengo que comentar que también ha hecho publicidad de nuestro blog en Prosófagos (podéis encontrar el vínculo en la lista de páginas web) y nos ofrece todo su apoyo. En sus blogs podréis encontrar más contenido con respecto a sus publicaciones y el avance de su sueño.
Espero que os haya gustado está aportación, porque probablemente estemos no solo ante una gran escritora, sino también ante una gran persona.
Menudo aporte para el blog tia ^^ sin duda alguna una gran escritora, me esta encantado su libro, muchas gracias !!
ResponderEliminarBy Hec ;) Salu2 !!
!Qué buena entrevista, Alicia!
ResponderEliminarUn abrazo,
Esther